Mermelada de cebolla

El día 7 decidimos mis hijos y yo disfrutar de Madrid, hacer de turistas en nuestra propia ciudad, os puedo asegurar que es divertido y que merece mucho la pena. Compartir este día con mis hijos (mi marido se unió cuando salió de trabajar) ha sido una experiencia estupenda, nos reímos, nos quisimos  y disfrutamos muchísimo, hacerlo de vez en cuando, buscar excusas, inventaros concursos de fotografía o visitas a museos o exposiciones, rutas gastronómicas todo vale.

Nuestro día comenzó con un apetecible  desayuno en el Jardín de Serrano para coger fuerzas, ya con esas "fuerzas" empezó nuestra sesión fotográfica como unos guiris (que dicen en Marbella) comenzamos a fotografiar  los escaparates de las tiendas y los adornos de las calles, ¡¡cuidado mami subete a la acera¡¡, después de un largo paseo terminamos en Sol, que gozada, que de gente, el día acompañaba tan luminoso y bonito, como se notaba que era puente y había muchos turistas, colas de gente esperando para comprar lotería, el deliciosos olor a ensaimadas que sale de la La Mallorquina, el reloj que da las campanadas de fin de año, un bonito árbol navideño. Estando allí no podíamos dejar de visitar y recorrer la plaza mayor, cuantos recuerdos de cuando eran niños, las anécdotas y fotos, mas fotos,  puestos con figuras para el Belén, otros con acebo, abetos, adornos, todo tan decorativo, tan bonito

No podíamos perdonar el aperitivo en la calle Valencia en el Boquerón, un sitio de esos de toda la vida con sus paredes de azulejo, cañas bien tiradas y un marisquito estupendo, gambitas plancha, almejas al natural no muy grandes pero con mucho sabor, boquerones en vinagre estupendos (de estos el nombre del bar) y unos percebitos no excesivamente gruesos pero cortitos muy sabrosos.   Después de tan estupendo aperitivo con muchas risas y las consabidas fotos.

Seguimos con el paseo y una comida en el Restaurante Asiático Bund, si de un lado al otro de la gastronomía, comimos muy bien.

Pero lo que de verdad mereció la pena ha sido lo que hemos disfrutado y todo lo que hemos compartido, esto vale todo el oro del mundo os lo aseguro. Con  las fotos que hice este día he hecho mis primeros pinitos de "scapbooking" ¿sabéis lo que es? lo definen como el arte de ordenar nuestros recuerdos. Atesorar recuerdos, pegarlos en una página y comentarlos, hacer vuestro álbum, con los mejores momentos, viajes, y por que no con nuestras recetas.

Como lo prometido es deuda hoy os traigo la receta de mermelada de cebolla. Es una receta de escandalo, es deliciosa y muy versátil.

Ingredientes

6 cebollas grandes

350gr de azúcar

3 cucharadas de aceite

50gr de mantequilla

200ml de vino tinto

50ml de vinagre de vino

Un chorrito de Coñac

Un chorrito de PX

Partir las cebollas en aros finos, cortarlos por la mitad, poner a pochar a fuego suave en una cacerola con el aceite y la mantequilla. Salpimentar. Subir el fuego, mover con una cuchara de palo y  echar el vino tinto, el vinagre, el Coñac y el PX, cuando comience a hervir, bajar el fuego y dejar  cocinar hasta que las cebollas comiencen a estar blanditas y los líquidos vayan evaporando, alrededor de una hora.

Cuando la cebolla esté blandita, añadir el azúcar, y dejar cocinar durante 15-20 minutos, ahora si que debemos de estar pendientes de que no se nos pegue.

VARIANTE: Hacer con cebollitas francesas peladas y enteras

PRESENTACIÓN: Acompañar con montaditos de morcilla o de solomillo Ibérico. Ensalada con queso de cabra o queso brie. Un canapé con tortilla de patatas. Estupenda para acompañar patés.

CONSERVACIÓN: Una vez preparado se conserva perfectamente en la nevera. Admite congelación. Embotar.

APROVECHAMIENTO: Como la de pimiento, no sobra nunca y además se puede acompañar con tantas cosas¡¡¡

DIFICULTAD: Algo de experiencia